Todos esperábamos ansiosos la vuelta de Nokia a la primera línea del mercado de smartphones. Tas los tímidos Nokia 3, 5 y 6 ( y el Nokia 3310, no lo olvidemos), ha llegado por fin la hora de hablar del tope de gama de la empresa finlandesa, el Nokia 8.
Diseño
Sobre el papel es un claro smartphone de gama alta: con un diseño algo clásico pero muy atractivo, encontramos un cuerpo unibody de aluminio con bordes redondeados y buenos acabados, que le confieren un agradable aspecto y ayudan al agarre, haciéndolo muy erfonómico.
Y cómodo debe intentar ser porque es un teléfono grande: 5,3″ de pantalla IPS con resolución QHD y un tamaño de 151,5×73,7×7,9 mm. Lo dicho, un smartphone bastante grande pero muy cómodo en la mano.
En la pantalla vemos que Nokia no ha seguido la moda actual: en vez de la tendencia de pantalla sin bordes, nos encontramos con dos grandes marcos (superior e inferior), aunque el ratio de pantalla es más que correcto. Además, aprovechan el marco inferior para colocar el lector de huellas.
Por otro lado, la pantalla tiene una calidad muy buena reproduciendo colores y con un buen brillo, 700 nits que se notan, sobre todo, cuando los reflejos «atacan» nuestra visibilidad.
Potencia y rendimiento
Nada negativo que podamos achacarle al Nokia 8. Y es que la combinación de Snapdragon 835 octacore con Android Puro no podía dar mal resultado. El procesador es el más avanzado de Qualcomm, al que se unen 4 GB de RAM para que el móvil vaya todo lo fluido que podemos desear, incluso probando la pantalla partida.
Como decimos, Nokia ha apostado por Android Puro, 7.1.1 Nougat pero que, por supuesto, actualizará a 8.0 Oreo en cuanto salga. De hecho nos aseguraron que ya están haciendo pruebas con esta nueva versión del sistema operativo. Si es así, puede que sea una interesante alternativa a los Pixel.
También debemos hablar de la batería. A falta de probarlo concienzudamente, los 3.090 mAh se nos hacen demasiado justos para esa potencia y esa pantalla. Habrá que esperar a analizarlo para comprobar si el consumo está todo lo ajustado que debería, como esperamos.
Cámaras
Los que recordamos los teléfonos Nokia sabemos que la cámara siempre ha sido uno de sus puntos fuertes, y con el Nokia 8 así lo han pretendido. La cámara trasera es dual: 13 Mpx a color con OIS, y 13 Mpx monocromo, ambas con 1.12um y una abertura f/2.0 y montadas bajo lentes Zeiss. Esta configuración de dos cámaras nos permite varios modos como, por supuesto, el blanco y negro puro, o una mezcla de B/N y color, consiguiendo algo más de nitidez y claridad que si solo utilizamos el modo a color (RGB). Otra ventaja de esta cámara doble es la mejora en el efecto bokeh o desenfoque.
La cámara delantera, por su parte, también es de 13 Mpx, con la misma abertura focal, señal de la importancia que Nokia le ha dado a los selfies… ¡y a los boothies! Con el modo Dual Sight las cámara del Nokia 8 permiten tomar fotos o hacer vídeos de forma simultánea con ambas cámaras, delantera y trasera, viendo en pantalla dividida lo que ambas captan. Algo poco más que curioso y anecdótico, pero llamativo.
Conclusión
El Nokia 8 es un buen teléfono: elegante, atractivo, potente y con mucho que ofrecer. Tiene todo lo que podemos desear: buenos acabados, hardware potente, pantalla de buena calidad y cámaras que, sin ser extraordinarias, prometen unos grandes resultados. ¡Y Android puro! Software sin capas y promesa de actualizaciones casi inmediatas.
Sin embargo la competencia es dura y frente a sus principales rivales (la gama alta), y a pesar de la diferencia de precio (el Nokia 8 cuesta 599 euros), pocos serán los que elijan un «nuevo Nokia» frente a otras marcas más consolidadas. Es un smartphone muy competente pero que frente al consumidor estará casi enterrado entre la enorme oferta existente.