En una entrevista realizada en el diario La verdad, Eugenio Galdón ha confirmado su interés por adquirir Yoigo, entre otros puntos interesantes, os dejamos un extracto de la entrevista:

– En realidad, Ono, más que vendedora es compradora. Me refiero a la posible de adquisición de Yoigo si France Telecom, que es propietaria de Orange, confirma la compra de la operadora de Yoigo.

– Lo que no vale es sostener durante diez años, y hasta hace un año y medio, cuando se llegó a un acuerdo para la salida al mercado de Yoigo, que en España eran necesarios cuatro operadores, y que ahora a alguien se le ocurra que se puede prescindir del cuarto operador para fusionarlo con el tercero. No vale cambiar las reglas cuando el partido se está jugando. Si Orange y Yoigo acaban en las mismas manos, el Estado tiene la obligación de garantizar que Yoigo vuelve a manos independientes y sigue operando como cuarto operador para demostrar que la estructura de la competencia en España no es una historia de conveniencia o de francachela. Lo segundo que quiero decir es que, si como yo confío, el Gobierno decide mantener la independencia de Yoigo, nosotros, desde luego, le echaremos un vistazo y estudiaremos la oportunidad de participar en un concurso o subasta para adquirir Yoigo, puesto que es complementario de nuestra posición como operadores fijos.

Entrevista completa después del salto…

«Sería una desgracia que Internet fuera gratis»

«El canon digital es una de las formas de exacción más antiguas e ineficientes, y es inaceptable para la sociedad»

Eugenio Galdón (Cartagena, 1950) ha logrado en diez años convertir a Ono, una empresa surgida de la nada, en la primera operadora de cable de España. En esta entrevista, Galdón rememorara los comienzos, analiza el presente del sector de las telecomunicaciones y reflexiona sobre algunos de los hechos claves, como el canon digital, la irrupción de la televisión digital terrestre (TDT) y la dura y desigual competencia con Telefónica.

– Ono cumple este año su décimo aniversario…

– En octubre se cumplirán diez años de la primera llamada que se hizo en España con una red completa alternativa a Telefónica.

– ¿Han preparado alguna celebración especial?

– Estamos celebrándolo todo el año. Para empezar he hecho una gira por las diez direcciones regionales de Ono, desde Cataluña a Canarias, y desde Cantabria a Murcia, para celebrar con todos mis colegas estos diez años y fijar los objetivos para los próximos. Diez años que coinciden con eso que Bill Gates llamaba el día de su despedida la década digital, la década del Windows 98.

– ¿En esta década se han cumplido las expectativas con que Ono nació?

– Se han sobrecumplido. Hay pocas personas que puedan tener la suerte que yo he tenido, la de hacer realidad una buena parte del sueño profesional que tenía. Arrancamos como una empresa pequeña de carácter regional. Nacimos en sitios como Murcia, Valencia y Santander, pero no éramos los más grandes, ni los más altos o fuertes. Había otra gente con más apoyos públicos y más apariencia de éxito, pero poco a poco fuimos ganando la posición y al final hemos conseguido consolidar todo el cable en España. Cubrimos el 85% del territorio nacional; sólo nos falta llegar a Galicia, Asturias y País Vasco.

– ¿Hay perspectivas de alcanzar el 100%?

– Es algo que siempre nos planteamos. En algún momento, si los accionistas de esas operadoras regionales lo desean, llegaremos a un acuerdo. Por nuestra parte no hay mucha prisa, ya que la diferencia entre tener el 85% y el 100% no es muy grande, pero creo que sería bueno para el país y el sector hacerlo. En algún momento lo haremos, me imagino.

– La frustrada salida a Bolsa es una de las espinas que tiene clavadas. ¿Volverán a intentarlo en otro momento?

– La salida a Bolsa es un medio para lograr algo y no un fin en si mismo. Cuando nosotros lo intentamos en el 2000, lo que buscábamos fundamentalmente era financiación para crecer. Estábamos entonces en el principio de la crisis de las tecnológicas, y nunca nos hemos arrepentido de cancelar la salida a Bolsa el último día, justo antes del día que había que fijar el precio. De hecho, Itínere ha cancelado su salida a Bolsa con más tiempo que nosotros, dos días antes, y creo que mi buen amigo Luis del Rivero tampoco se va a arrepentir. Hay que salir a Bolsa cuando las circunstancias son buenas y cuando el mercado está dispuesto a reconocer el valor y el futuro de la empresa. No hay que salir azarosamente o de una forma forzada. Nosotros dimos marcha atrás y apelamos a los recursos de los accionistas, que los pusieron, porque tenían una idea del futuro de Ono bastante mejor de la que el mercado tenía en aquel momento. En este momento no hay ningún plan y no se dan las mejores circunstancias. Los mercados financieros están muy cambiantes. Hay que dejar que el polvo se asiente y entonces nos lo podremos volver a plantear.

– Hace unos días declaró que no era el momento de vender Ono. ¿Se lo ha planteado realmente, es una opción posible?

– No tengo constancia de que ninguno de mis accionistas tenga deseo de vender en estos momentos. Desde luego, yo, que soy el principal accionistas, no la tengo, y además pienso que tampoco es ningún buen momento para hacerlo si a alguien se le ocurriera.

– En realidad, Ono, más que vendedora es compradora. Me refiero a la posible de adquisición de Yoigo si France Telecom, que es propietaria de Orange, confirma la compra de la operadora de Yoigo.

– Lo que no vale es sostener durante diez años, y hasta hace un año y medio, cuando se llegó a un acuerdo para la salida al mercado de Yoigo, que en España eran necesarios cuatro operadores, y que ahora a alguien se le ocurra que se puede prescindir del cuarto operador para fusionarlo con el tercero. No vale cambiar las reglas cuando el partido se está jugando. Si Orange y Yoigo acaban en las mismas manos, el Estado tiene la obligación de garantizar que Yoigo vuelve a manos independientes y sigue operando como cuarto operador para demostrar que la estructura de la competencia en España no es una historia de conveniencia o de francachela. Lo segundo que quiero decir es que, si como yo confío, el Gobierno decide mantener la independencia de Yoigo, nosotros, desde luego, le echaremos un vistazo y estudiaremos la oportunidad de participar en un concurso o subasta para adquirir Yoigo, puesto que es complementario de nuestra posición como operadores fijos.

– ¿Qué tal va el servicio de telefonía fijo, Ono Io, que presentaron al final del pasado año?

– Lo lanzamos a principios de año y lo evaluaremos cuando en junio concluya el periodo de pruebas. El lanzamiento masivo será para después del verano. Las primeras reacciones que hemos recibido del mercado son alentadoras. La idea es muy poderosa y sencilla: es un terminal telefónico que en casa se comporta como teléfono fijo y fuera de casa como teléfono móvil, lo que hace que todas las llamadas desde un móvil que hacemos en casa nos cueste la tarifa de teléfono fijo. En total, los españoles nos gastamos el 34% de nuestra factura de móvil en hablar desde el teléfono móvil porque es más cómodo, cuando podríamos hacerlo desde el fijo. Con lo cual, con Ono Io, nuestros abonados podrían ahorrarse hasta el 34% en su factura telefónica o gastárselo en hablar más.

– También tienen en proyecto ofrecer Internet a 100 megas para finales de año. ¿Se van cumpliendo los plazos y a qué precios será?

– En junio pasado anunciamos que subiríamos la capacidad máxima de nuestra red hasta 25 megas, lo hicimos, y ahora tenemos un servicio de 25, 12 y 6 megas. Por cierto, dentro de pocas semanas elevaremos un 50%la velocidad de todos los clientes de Murcia que están en 4 megas, que pasarán a 6 megas, y sin coste adicional. Empezamos por Cataluña, hemos continuado por Aragón y ahora toca a Murcia. Lo nuevo, es que al principio del último trimestre migramos el estándar tecnológico de nuestra red, que se llama Docsis 1.1, a uno nuevo, que es Docsis 3.0, cuyo estándar hace que, en lugar de dar servicio a través de un canal de subida y un canal de bajada por nuestro cable, pasamos a dar servicio a través de cuatro canales de subida y cuatro de bajada. Eso, en términos prácticos, nos está dando ya velocidades de laboratorio superiores a los 300 megas. Teóricamente el estándar podrá evolucionar hasta un giga, pero nosotros vamos a lanzar velocidades comerciales de 100 megas a principios del último trimestre de este año. Esta claro que la calidad de la banda ancha y la velocidad es el factor diferenciador de Ono con la competencia. El resto de la competencia gira sobre unos cables de cobre trenzado que no son muy distintos de los que en las películas de vaqueros los indios se subían a los postes y cortaban antes de asaltar el tren. Vamos a seguir profundizando en el foso que nos separa del resto de la competencia en calidad y velocidad.

– ¿Qué precio tendrán los 100 megas?

– No lo hemos decidido todavía, pero hay que tener en cuenta que los precios de banda ancha están bajando a pasos agigantados. Por no aplicar en la tarifa la subida en un 50% de forma gratuita la velocidad a nuestros abonados de 4 megas, probablemente estamos renunciando a unos ingresos de unos 200 millones de euros al año. O, dicho de otra manera, estamos bajando el precio a la gran masa de nuestros abonados de banda ancha un 33%, ya que van a pagar por 6 megas lo mismo que por 4. Ese fenómeno es inevitable, con lo cual no cabe suponer que una conexión de 100 megas vaya a tener un coste equivalente a multiplicar la actual tarifa de 25 megas por cuatro, ni mucho menos. Vamos a dejar muy claro al usuario de banda ancha que en España hay dos mundos: el mundo del cable y el resto.

– El uso de Internet es sinónimo de progreso, de hecho es un indicador de desarrollo. ¿Ve en el futuro la posibilidad de que Internet sea gratis, precisamente por esa importancia económica y social?

– No veo Internet gratis y, además, aunque se interprete mal lo que voy a decir, sería una desgracia que fuera gratis. Poner precio a las cosas es la manera más civilizada que conocemos para que los seres humanos decidan qué es lo que quieren consumir y cómo lo quieren consumir. El sistema de precios es lo que permite que salgan miles de millones de informaciones de todos los españoles todos los días hacia el mercado sobre lo que prefieren en comparación con las cosas que les ofrecen, y qué recursos merece la pena dedicar a cada una de ellas. Por tanto, el hecho de que una cosa sea muy importante no debe conducir a que no tenga precio o a que sea gratuita. Cuestión distinta es que la sociedad moderna y solidaria se organice para que quien no lo pueda pagar reciba los recursos que le permitan hacerlo. Entiendo que en las aulas haya accesos a Internet gratuitos, que existan programas públicos para facilitar la compra de ordenadores o el enganche a la red. Sería partidario de subvencionar el acceso a Internet a desempleados, porque le puede ayudar a seguir cursos de formación… Hay un montón de ideas, pero el acceso a Internet, como la electricidad, el agua, los alimentos, ir al fútbol o al teatro, deben tener su precio. El sistema de precios, en el fondo, es un garante de la libertad de cada uno para hacer de su presupuesto lo que le da la gana y para que esa iniciativa no se lo sustituya papa Estado o la mente preclara de un burócrata.

– ¿Qué opina del canon digital?

– Yo lo he definido como un ‘por si acaso’. Es decir, no sé si van a utilizar este disco duro para este fin, pero, por si acaso, le atizo el canon. Es probablemente uno de los residuos más complejos y más enquistados de la vieja economía, y estoy convencido de que veremos un cambio radical en la forma en que se retribuye la producción cultural intelectual en los próximos 10 o 20 años. Es de las formas de exacción que menos han variado, que son más antiguas en su concepción y que en el fondo son más ineficientes. Los autores son los mayores perjudicados por este sistema tan vetusto. Estoy muy en contra del canon, de cómo se ha concebido y cómo se pretende aplicar. Yo soy profesor de Hacienda Pública, ahora no practicante, y me recuerda los viejos impuestos de ventanas de la España medieval, que uno pagaba por el número de ventanas que había en la fachada y que condujo a que en algunas ciudades se construyeran casas sólo con ventanas al interior. Esa es la mentalidad del canon. Es inaceptable para la sociedad el camino en el que nos hemos metido.

– A veces se ha quejado de que Telefónica juega con ventaja en el sector. ¿La situación ha cambiado o sigue igual?

– No sería justo decir que sigue igual, pero es indudable que Telefónica goza de ventajas extraordinarias en el mercado español y es indudable que después de un primer periodo liberalizador, en el que se procuró establecer un campo de juego más equilibrado entre el incumbente [Telefónica] y los nuevos operadores, una parte del celo en pro de la competencia se ha perdido. De hecho hemos visto que en varios segmentos del sector de las comunicaciones Telefónica no sólo no ha perdido en los dos últimos años cuota de mercado, que es el único indicador para ver que si cada vez hay más competencia, sino que ha vuelto a ganar cuota de mercado. Algo funciona mal en el marco de la competencia si eso es así. Decimos que hay competencia cuando ninguna empresa tiene la capacidad de influir determinantemente sobre la formación de precios, y la influencia de Telefónica en la formación de precios en este sector y en este país es claramente excesiva, y lo es porque tiene una enorme escala ganada en régimen de monopolio. Eso al final tiene un coste para la sociedad. Es muy interesante para España que Telefónica sea un campeón internacional y que tenga una gran presencia en muchos mercados, pero en España eso nos está saliendo muy caro, porque aquí durante años no se realizaron las inversiones que había que haber realizado y ahora se quieren realizar buscando una especial protección del regulador, combinando las infraestructuras ya amortizadas con las rentas del monopolio y en un contexto de competencia que no es el mejor para este país. Eso es lo que a mí me conduce a reclamar que se vuelva a la presión liberalizadora y de apertura de los mercados, y a controlar comportamientos y tendencias monopolísticas y se restituyan unas condiciones que puedan convertirse en ventajas para los consumidores.

– ¿Cómo puede afectar a Ono el desarrollo de la televisión digital terrestre?

– Para nosotros será muy bueno, porque somos, además de productores de televisión, distribuidores de televisión. Para los abonados de Ono es una señal más de televisión que solemos incorporar a nuestra oferta de distribución. Aumentará la oferta de televisión fundamentalmente generalista y será una buena contribución. Otra cuestión distinta es que se pretenda ahora modificar el régimen concesional de la TDT en el contexto de la guerra del fútbol, y que unas concesiones que se hicieron con la condición de que no fuera de pago, sino en abierto y para todos, se quieran cambiar de acuerdo con las conveniencias de unos y otros. Si fuera así, sintiéndolo mucho, daré orden a los servicios jurídicos de la casa para que apelen contra una decisión de esa naturaleza hasta que el Supremo decida. No sería razonable transformar las características de una concesión. Nosotros no acudimos a las concesiones de TDT porque se nos dijo que eran para televisiones en abierto, si ahora resulta que se transforma en televisión de pago, queremos que los canales vuelvan a concurso y nosotros nos presentaremos.

Vía Laverdad.com: http://www.laverdad.es/murcia/20080518/region/seria-desgracia-internet-fuera-20080518.html

por Justo Hernández

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